Nuestra región está situada en el suroeste de España y comparte fronteras con Portugal por un lado y con las regiones de Andalucía, Castilla y León y Castilla La Mancha por otro. Se caracteriza por su extensa superficie (41 635km2) por un total de 1.100.000 habitantes y presenta por lo tanto una baja densidad demográfica. Su entorno es principalmente rural siendo sus capitales de provincia, Badajoz y Cáceres, y su capital autonómica, Mérida, las principales ciudades de la región.
Nuestra región es un destino turístico excepcional que conjuga patrimonio natural e histórico. El bosque mediterráneo es nuestra seña de identidad con sus interminables dehesas y esconde auténticas joyas naturales. La fauna extremeña, con especial mención a su población de aves, merece ya por sí sola una visita. Cuna de descubridores, Extremadura esconde un retazo de historia a la vuelta de cualquier esquina y tres de sus ciudades ostentan están clasificadas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: Cáceres, Mérida y Guadalupe.. Su gastronomía también es digna de mencionar con el inconfundible sabor de su jamón ibérico, sus quesos o vinos, por citar sólo algunos.
En cuanto a la economía, está fuertemente vinculada al sector terciario, con un menor peso de la construcción y el sector industrial, relacionado principalmente con la industria agroalimentaria. Son muy diversos los sectores de actividad que desarrollan en Extremadura su actividad. Alimentación, bebidas, agroindustria, minería o energético son los sectores tradicionales donde Extremadura presenta una posición de liderazgo.
La política de desarrollo regional de Extremadura tiene como base la Estrategia de Investigación e Innovación para la Especialización Inteligente, RIS 3, cuya visión es posicionar la región como un espacio para la innovación en la gestión sostenible de los recursos naturales para la generación de energía y usos industriales, y en la aplicación de tecnología para la mejora de la calidad de vida de la población.
Para ello tiene la misión de aumentar el tamaño, el valor añadido y la competitividad global del tejido socio-económico de Extremadura, mediante políticas que permitan el uso y el desarrollo de tecnologías relacionadas con sus fuentes de diferenciación, fundamentalmente basadas en la explotación sostenible de los recursos naturales y culturales y en la capacidad de generación de calidad en su contexto demográfico, conectadas con los retos de Europa 2020 y las tendencias mundiales generadoras de oportunidad.