Según la definición utilizada por la propia Comisión Europea, las estrategias de investigación e innovación nacionales y regionales para la especialización inteligente (estrategias de RIS3) consisten en agendas integradas de transformación económica territorial que se ocupan de cinco asuntos importantes:

  • Se centran en el apoyo de la política y las inversiones en las prioridades, retos y necesidades clave del país o región para el desarrollo basado en el conocimiento.
  • Aprovechan los puntos fuertes, ventajas competitivas y potencial de excelencia de cada país o región.
  • Respaldan la innovación tecnológica, así como la basada en la práctica, y aspiran a estimular la inversión del sector privado.
  • Involucran por completo a los participantes y fomentan la innovación y la experimentación.
  • Se basan en la evidencia e incluyen sistemas sólidos de supervisión y evaluación.

En el caso de nuestra región, partimos de una premisa fundamental: Extremadura tiene el potencial de convertirse en materia de investigación, desarrollo e innovación en un espacio para la innovación bajo dos grandes prioridades, que son la gestión sostenible de los recursos naturales y la aplicación de tecnologías para la calidad de vida.

Partiendo de estas dos prioridades de especialización, hemos de apoyarnos en cinco áreas de excelencia, en las que somos realmente buenos, que nos permitan mejorar la competitividad y generar nuevas oportunidades para el emprendimiento y la atracción de empresas. ¿Cuáles son? Pues la agroalimentación, las energías limpias, el turismo, la salud y las tecnologías de la información y la comunicación.